martes, 11 de septiembre de 2012

LA ILIADA
No se narra en este poema la guerra de Troya, sino solo un episodio de su segundo año. Hay una violenta querella de Agamenon, rey de Argos, que ejerce el mando de los ejércitos griegos que asedian la ciudad de Troya, y el joven Aquiles, jefe tesalio, verdadero protagonista de la Iliada.
La ira de Aquiles llega a su colmo porque Agamenon le ha robado su bella esclava Criseida, que le ha correspondido por su valor, Aquiles se niega a seguir peleando. Su presencia es necesaria para el éxito de los combates.
Se retira a las naves; pero sin Aquiles las armas griegas van perdiendo terreno y la situación se hace tan difícil que algunos piensan reembarcar sus tropas. A ruego de unos mensajeros, Aquiles accede a que su mejor amigo, Patroclo, entre en el combate vestido con sus armas.
Los troyanos huyen creyendo que el guerrero que combate es el mismo Aquiles. Héctor le sale al encuentro y le da muerte después de una reñida pelea. Únicamente la perdida de su fiel amigo Patroclo mueve a Aquiles a abandonar las naves y tomar parte directa en la lucha.
Revestido con las armas forjadas por Vulcano y reconciliado con Agamenon, que le entrega la esclava, se lanza con ímpetu arrollador al combate. Lucha con Héctor y le da muerte. Hace que los caballos arrastren el cadáver del jefe troyano alrededor de la ciudad.
Los troyanos piden a Aquiles el cadáver de Héctor para incinerarlo, y el poema termina con los funerales del héroe troyano y de Patroclo. Tomada e incendiada Troya, la muerte de su amigo queda vengada por Aquiles y se cumple al fin el designio de los griegos.

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