martes, 11 de septiembre de 2012

Clasificación

Los libros proféticos pueden clasificarse según varios criterios diferentes, que se exponen a continuación.

Según sus métodos

Profetas oradores

Lo más antiguos, que no escribían libros sino solamente declamaban ante el pueblo sus verdades reveladas. Se cuentan entre ellos Débora y Samuel, que también eran Jueces, Natán y Gad en tiempos del rey David, Ajías de Siló durante Salomón, Semelas bajo Roboam, Miqueas ben Yimlá en época de Ajab y Elías y Eliseo en el siglo IX a. C.

Profetas escritores

A partir del siglo VIII a. C. comienzan a aparecer quienes ponen sus profecías por escrito. Así tenemos a Amós y Oseas en Israel y a Isaías, Miqueas, Nahum, Sofonías, Jeremías y Habacuc en el de Judá. Durante el Exilio profetizó Ezequiel al igual que Daniel y al regreso del mismo Hageo, Zacarías, Malaquías y Joel.

Según su tiempo

El Tanaj los divide en:

Primeros profetas

Abraham, Moisés, Josué y Samuel todos ellos pertenecientes a los libros del antiguo testamento.

Últimos profetas

Isaías, Jeremías y Ezequiel.

Según la extensión del libro

El cristianismo dividió a los profetas en mayores y menores, clasificación que no se basa en la importancia relativa de sus profecías sino sencillamente en la mayor o menor longitud de los textos.

Profetas mayores

Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel.

Profetas menores

Los profetas menores son Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Baruc, Zacarías y Malaquías. A los tres últimos se los agrupa, a su vez, bajo el nombre de "Profetas postexílicos"

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